El termino de la Segunda Guerra Mundial finalizó con una alianza convenida de las dos nuevas superpotencias: Unión Soviética; las que nacían tras la socavación de los entonces dominantes: Alemania, Japón, Gran Bretaña o Francia. Dicha alianza bélica de 1941 se vino abajo años después de 1945, ya que el enfrentamiento ideológico entre el capitalismo (Estados Unidos) y el comunismo (URSS) primaba enérgicamente en ambos países. Más aún, si tenemos en cuenta que siempre existió una posibilidad temerosa de que estos pensamientos se introdujesen de manera indistinta.
En ese marco 
de hostilidad ideológica y de ambiciones por los países tercermundistas es que se vive la Roger Donaldson, realizada marketeramente a favor de Estados Unidos. Sin embargo, ambas potencias no dejaban de enviar “bombas psicológicas” unos a otros, manteniendo así, una constante intriga por saber que tan peligrosos podían resultar ante una posible invasión demoledora.
Son muchas las distinciones que se pueden hacer en ambos casos. Así, por ejemplo, en la 
La armada norteamericana buscaba desenlazar la guerra para no perder la costumbre, de que su país es inmensamente poderoso, tan poderoso que para poder lograr la negociación tuvo que proponer un desarme mutuo; Estados Unidos desalojaba su armamento de Turquía, y Rusia hacia lo propio en Cuba. Sin embargo, Estados Unidos tuvo que hacerlo en secreto para no perder la efigie de país supremo e infalible ante el mundo entero. La actual potencia mundial, enfrentó la Guerra Fría de una manera pavorosa, con una armada que presionaba continuamente, con muchas negociaciones adversas en su momento.
Los ciudadanos estadounidenses eran manejados tras los medios de comunicación, los que sirvieron como nexo constante con la Casa Blanca y sus últimas desiciones frente al problema. Un aspecto importante a resaltar en cuanto a los medios, es la prestación de su señal para crear cierto sensacionalismo ya que todos los medios, dependiendo de su país de origen, sean los de Rusia, sean los de Estados Unidos, se encargaban de transmitir el terror a sus oponentes tras imágenes de pruebas nucleares que cada bando hacia, como para demostrar su integridad ante la guerra. Todo este aspecto es controlado también por un gobierno democrático, que se viera afectado moralmente en la Guerra Fría.
Tras una mezcla de poderíos distintos es que se logra controlar la posible Tercera Guerra Mundial; un manejo democrático que se perfilo como víctima pero que, sin embargo, nunca quiso perder su posicionamiento de dureza y equilibrio social. Porque, finalmente, las armas “nunca estuvieron escondidas”…nunca tanto.
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